Por: Ricardo Santamaría
Periodista
Cortesía de Portafolio.
Como van las cosas, el gobierno de Gustavo Petro, pasará a la historia por haber acabado la mayor conquista social de Colombia luego de la Constitución de 1991: Nuestro sistema de salud. Hoy está en cuidados intensivos por cuenta de las decisiones que esta administración ha tomado.
No es un sistema perfecto, pero es muy bueno. De acuerdo con un ranking e investigación independiente realizada por la revista The Economist el año pasado, y publicada por ellos el 14 de septiembre de 2023, afirmaron lo siguiente: “La lista de los mejores sistemas de salud a nivel mundial está encabezada por Tailandia, seguida de cerca por Canadá, Corea del Sur, Gran Bretaña, Francia y en sexto lugar, Colombia”. Impresionante. Dicho por la Revista The Economist. Destacan el grado de inclusividad y la cobertura universal que tiene. Y en temas con más baja puntuación, están la infraestructura y recurso humano. Asuntos por mejorar.
Por supuesto hay otras mediciones: OMS, Ocde, Banco Mundial e Interamericano y el de varias universidades y centros de estudio en Colombia. En todos estamos por encima de la media. Son justas estas dos afirmaciones: El de Colombia es uno de los mejores sistemas de salud de América Latina y en el mundo estamos en el grupo de la mitad de arriba. Somos mejores que el promedio mundial.
Se trata del esquema de colaboración público privado más exitoso de Colombia, con una cobertura universal para 50 millones de colombianos. Construido a lo largo de más de 30 años desde las Ley 100 de 1993, como patrimonio social de Colombia. No es perfecto. Hay una brecha urbano-rural en atención que es necesario mejorar. Pero ninguno de los problemas que tiene, incluido el de su financiación adecuada y oportuna, se solucionaba con la reforma presentada por el Gobierno. Al contrario: agravaba los problemas y creaba unos nuevos al obligar a cada persona, por ejemplo, a empadronarse en su municipio para tener acceso a la salud. A Petro lo guía la ideología y modelos de salud estatales que son ineficientes.
Soy afiliado junto con mi familia a la EPS Sanitas. Mi experiencia de dos décadas es que es excelente. Voy a dar testimonio personal. Tuve cirugía de corazón abierto hace unos años y todo lo hice a través de mi cobertura en salud. Muy bien desde todos los puntos de vista. A los pocos meses, la madre de la señora que me ayudaba en ese entonces en la casa, tuvo una cirugía delicada en la cabeza. La atendieron, por cuenta de Sanitas, en la misma clínica.
Quizás estuvo en la misma sala de cirugía mía, en la misma UCI y en el mismo piso en su habitación. Eso es igualdad. Habrá experiencias distintas. Sin duda mucho por mejorar y cambiar. Pero lo que siempre he sostenido frente a las reformas de Petro, es que no parten del principio básico de construir sobre lo construido. ¿Por qué acabar con lo que funciona bien para mejorarlo en vez de dar un salto al vacío?