Por: Margarita Rosa de Francisco
Cortesía Periódico Vida Gobierno del Cambio
Las intenciones políticas cuando tienen contenido filosófico, es decir, cuando denotan una auténtica inquietud por el sentido del modo en que estamos siendo, adquieren un valor que trasciende lo político. Ahora comprendo que para los griegos fuera inconcebible la política desligada de la filosofía.
El escenario político global, desde lo filosófico, es un ámbito muy pobre.
Hoy llamamos «líderes del mundo » a los inventores de virus y de guerras, para quienes el planeta es una ruleta loca a la que apuestan contra el ser de las cosas existentes, vivas y no vivas. Como dueñas que son de nuestra identidad, cuentas bancarias, gustos, vicios y hasta de nuestras enfermedades, nos ayudan a evitar la simple pregunta acerca del sentido de ser en este mundo, en un país, en una ciudad, en un barrio, en una familia, en un yo.
Colombia, por su parte, es un país amedrantado e insignificante en esta danza de millones. Nuestros gobernantes-antes del actual- no fueron lo suficientemente audaces y lúcidos como para pensar en una alternativa ética mundial y, por lo tanto, para decir, fuerte y claro, lo que se tiene que decir a quienes mandan en la tierra.